miércoles, 6 de mayo de 2015

El orden de tus prioridades



¿Que te hace estar seguro que verdaderamente tu prioridad es Dios?


    No existe un pasaje bíblico que especifique con exactitud cual es el orden que deben tener las prioridades en tu vida, sin embargo el libro de Deuteronomio 6:5 describe un principio que guía a lo que debe ser la prioridad en nuestra vida. "Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas".

     Existen cosas en nuestra vida que requieren de nuestra atención, y ocupan gran parte de nuestro tiempo, lo que en muchas ocasiones ha tomado mas posición en nuestra vida que las cosas de Dios. Eso verdaderamente nos hace entender que hemos mal invertido el tiempo que Dios nos ha regalado.


    A causa de que se invierten las prioridades en nuestra vida acarreamos maldición, pues somos los responsables de nuestros padecimientos. Dios te promete suplir todas tus necesidades si le das prioridad a él.  "Buscad primeramente el reino de Dios y su Justicia y las demás cosas vendrán por añadidura" (Mateo 6:33).
     
   Nos equivocamos al pensar que la mejor inversión en la tierra esta relacionado con dinero. Cuando verdaderamente es el tiempo que dedicamos a Dios, ya que es lo único que nos dará vida eterna. "El que siembra para su carne, de la carne cosechará corrupción, mas el que siembra para el espíritu, del espíritu cosechará vida eterna". (Gálatas 6:8)
   
Debemos entender que nacimos por y para una razón: Por Dios y para su propósito y gloria.  No somos dueños de nuestra vida, pues no podemos decidir cuando dejar de vivir, es Dios el dueño de ella, por tanto nuestra prioridad debe ser Dios ante todas las  cosas.  
     
  Si oyes atentamente la voz de Jehová tu Dios, Él te exaltará sobre todas las naciones de la tierra, así también te dará la potestad de ser llamado "Hijo de Dios". 



Principios de reino

Algunos principios que te ayudarán: (Génesis 1:27-28)

FRUCTIFICAR: Viene del fruto. Necesitamos ver los miembros de la familia como frutas. Cada fruta tiene dentro semillas. Cada semilla tiene vida que al germinar se traducirá en miles y miles de frutas del mismo género. Como padres necesitamos hacer germinar esas semillas. Muchos padres lo que hacen es matar esas semillas con expresiones como “Tú no servirás para nada”, “ Tú eres un problema”, “ Eres un bruto” etc, etc,. Cuando hacemos germinar las semillas, una vida fructífera se levantará.

MULTIPLICAR: No se refiere simplemente a multiplicar en número como (2 x 2 = 4). Va mucho más allá de la matemática, es un principio de inversión de vida. Es invertirse de tal manera en los hijos o en el cónyuge que al correr el tiempo uno se vea multiplicado en ellos y ellos lleguen a ser como yo o mejor que Yo. Jesús se invirtió en sus discípulos de tal manera que un día les dijo: “Cosas mayores que las que yo he hecho, ustedes harán, porque yo voy al Padre”. Estamos invirtiéndonos en nuestros hijos de tal manera que nos podremos ver multiplicados?.

LLENAR: Cada hijo viene a este mundo con profundos vacíos en su vida. Es nuestro papel llenar esos vacíos con nuestro amor, devoción y cuidado. Si Yo no lleno esos vacíos, otro u otra los llenará con falsos sustitutos. Si como Padre no le digo a mi hija que la amo, allí estará el extraño que le brindará un falso amor y la terminará embarazado. Si no le digo al hijo que le amo y lo lleno emocionalmente, allí estará el que distribuye la droga que si lo hará.

GOBERNAR: Ahora si tiene que ver con poner reglas en casa. Nuestra familia necesita tener reglas fijas y sanas. Pero necesitamos recordar que las reglas no vienen primero. Primero viene el fructificar, el invertirme en ellos y en llenarlos y en cuarto lugar si la reglas. No podemos culpar a otros de la mala gestión de gobierno en nuestros hogares, es imposible pensar que un hijo rebelde es culpa del pastor, o del alcalde, o de una persona q represente autoridad, es indispensable saber que Dios nos coloca en posiciones de gobierno para ejercer autoridad desde adentro hacia afuera.

SEÑOREAR: Va más allá de gobernar. Significa cuando las reglas no están funcionando necesito ir a un nuevo y último nivel de tomar el señorío sobre mi familia. Eso indica que algunas veces una potestad diabólica querrá entrar en el hogar y distorsionar a pesar de haber fructificado, multiplicado, llenado o gobernado y allí tendré que echar mano de la autoridad espiritual en ayuno, oración y represión espiritual. Esta palabra señorear es la misma que en hebreo se usa para describir una herramienta que se usa cuando las demás herramientas convencionales no funcionan. Por ejemplo, cuando al construir encuentro una raíz que no puedo sacar con pala o barra, sino que necesita quizá una sierra eléctrica.