La visión de Dios para tu vida

La visión en el ser humano no es la función que cumplen los ojos, sino la capacidad que tiene de soñar despierto y trabajar para hacerlos realidad. La visión de Dios para sus hijos va mas allá del pensamiento humano, pues su palabra dice que “Cosa que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido al corazón del hombre son las que tiene preparada par los que le aman”. (1cor 2:9)

El libro de Génesis capitulo 12 explica la visión de Dios para Abram, señalando que su propósito era bendecir su nombre, pero primero debió salir de su comodidad y renunciar a su riqueza para que los planes de Dios en su vida pudieran cumplirse.

Es importante saber que cuando permites que Dios deje obrar su visión en ti lo primero que hace es procesarte, entender que somos como barro en manos del alfarero y que su intención es formarnos de nuevo. “De modo que si alguno está en Cristo nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Cor 5:17)

Luego que entiendes que Dios tiene gran propósito para tu vida y le eres fiel, obediente y crees a su palabra, es cuando empieza a derramar su gracia sobre ti como lo explica Deuteronomio 28. Las bendiciones te alcanzarán si oyeres la voz de Jehová tu Dios.

Dios también necesita personas visionarias en las que pueda depositar diseños para su iglesia. El pastor Diego Parra describe que hay dos tipos de visionarios, los activos y los pasivos, así también las características que los identifican.

El visionario pasivo es aquel que se deja llevar por lo que ve e ignora que hay un propósito en cada circunstancia de su vida. Quiere todo hecho y no se esfuerza para hacer sus deseos realidad. “La persona mas pobre del mundo no es la que carece de dinero, sino la que tiene un sueño y no tiene la capacidad de hacerlo realidad” Pastor Diego P.

Por otro lado esta el visionario activo quien tiene su mirada puesta en Jesús, reconoce que a pesar de las circunstancias el propósito de Dios prevalece para siempre y no deja de luchar hasta ver realizada su visión y la visión de Dios. Este visionario entiende que la prosperidad no tiene que ver con un lugar sino con una actitud de victoria, se prepara para levantar nuevas generaciones bajo la unción y revelación del Espíritu Santo e implantar el reino de Dios y su justicia en la tierra.